El agradecimiento en la psicoterapia.

Resumen

El agradecimiento es un sentimiento que puede aparecer en una relación de ayuda psicológica, especialmente, en la relación psicoterapéutica. La gratitud es una posibilidad que puede emerger en medio de las sesiones de psicoterapia y puede estar vinculada, en la psicoterapia psicoanalítica, a la eclosión de revelaciones que permanecían ocultas en la comprensión del paciente. La revelación de lo velado está íntimamente vinculada con el trabajo psicoterapéutico. Trabajo que no puede hacerlo el paciente sin el psicoterapeuta, ni el psicoterapeuta sin el paciente. Ambos se necesitan mutuamente para la realización de la tarea exploratoria de la intimidad subjetiva del paciente. El psicoterapeuta que trabaja la comunicación verbal y no verbal del paciente debe estar atento a la significación del agradecimiento en el aquí y ahora de su vida personal. El agradecimiento, por lo general, debe ser visto como un indicador más de buena evolución y de salud mental.

Es frecuente que los pacientes que consultan al psicólogo clínico por varios motivos, siempre movidos por la conciencia de necesidad, acaben sintiendo sentimientos de agradecimiento. Los sentimientos de agradecimiento aparecen cuando los beneficios de la ayuda psicológica recibida se han manifestado, especialmente, en el seno de una psicoterapia. No exclusivamente.

Algunos pacientes, desde el principio de las visitas iniciales, ya pueden sentir gratitud, agradecimiento, aunque sólo sea por la escucha recibida, por la acogida temprana. Quizá, también, por la expectativa -en algunos casos- largamente codiciada, de sentirse atendido, con la consecuente expectativa de posible cambio en la propia vida. Cambio de la situación vital que mueve en busca de la consulta. Sin deseo o expectativa de cambio no existe relación psicoterapéutica posible, por breve que sea.

El agradecimiento, sin embargo, no es ningún motivo de consulta. Los motivos de consulta psicológica tienen que ver con la impresión íntima de sufrimiento y necesidad de ayuda. Así, el agradecimiento no forma parte del escenario inicial para la consulta psicológica. Sin embargo, puede aparecer a lo largo de la propia relación de ayuda psicoterapéutica. Y puede ser una buena señal de que aparezca.

¿Qué es el agradecimiento?

El agradecimiento es el sentimiento de gratitud respecto a un beneficio recibido. Nos podemos sentir agradecidos por muchos motivos en nuestra vida. Por las condiciones en las que hemos vivido, por el trabajo realizado, por las experiencias vividas, por el amor recibido en todas sus formas, etc. En el caso que nos ocupa, la consulta psicológica con formato de psicoterapia, el beneficio pasa por la articulación de una relación entre dos personas. La persona del paciente que busca ayuda psicológica y la persona del psicólogo clínico que acoge la demanda y se ocupa en realizar la ayuda.

¿De qué beneficio puede tratarse en la relación psicoterapéutica? El sentimiento de gratitud es una consecuencia del trabajo psicoterapéutico. Trabajo que no puede hacerlo ni el paciente solo, sin el psicoterapeuta, ni el psicoterapeuta solo, sin el paciente. Pues, ¿qué es ese trabajo bipersonal que hacen los dos protagonistas de la experiencia psicoterapéutica? Cada uno de sus protagonistas tiene un papel diferenciado.

El trabajo psicoterapéutico.

El trabajo psicoterapéutico pide al paciente la comunicación -especialmente- verbal de los contenidos que se hacen presentes en su mente. Pensamientos, sentimientos, emociones, sensaciones, percepciones, sueños, relatos de hechos, etc. Como no puede ser de otra forma, con la consecuente tonalidad no verbal que toda comunicación comporta. Al psicoterapeuta le corresponde la acogida de la comunicación, verbal y no verbal, del paciente, así como la exploración de la significación que representa. Significación que debe estar necesariamente vinculada a la vida del paciente, de forma especial, a la forma en que es vivida, emocionalmente, por el paciente. Lo que aplica, de manera especial, a la psicoterapia psicoanalítica.

Esta recepción de la comunicación del paciente por parte del psicoterapeuta pasa, también, por la criba de la forma de sentirla que tiene el psicoterapeuta. Aunque al psicólogo clínico, o psicoterapeuta, se le pide que observe también la relación entre él y el paciente. Así como lo que se despierta en él escuchando al paciente. Que reflexione a propósito del contenido, el que sea, de lo que haya en este espacio mental interno de acogida de la comunicación del paciente.

Condicionantes del agradecimiento.

Cuando este vaivén intercomunicativo entre el paciente y el psicoterapeuta conlleva revelaciones significativas para la vida del paciente, éste puede estar cercano a sentir gratitud. El paciente, de mil maneras, puede sentir agradecimiento en la psicoterapia cuando se produce, una y otra vez, la revelación de lo velado. La sesión psicoterapéutica puede llevar a auto revelaciones, -insistimos- de lo oculto hasta entonces, que no se habían vislumbrado antes. Estas iluminaciones requieren el concurso explícito del psicoterapeuta -a menudo- y, conforme avanza el trabajo psicoterapéutico, también -eventualmente- sólo el concurso implícito.

Mujer en actitud de gratitud en una puesta de sol.

El paciente puede visualizar también él mismo esa claridad interna que le era velada tiempo atrás. Dejándose llevar por lo que va observando, también en sí mismo, en la propia interioridad; naturalmente, en la presencia receptiva y atenta del psicoterapeuta. Como si se tratara del aprendizaje de lo que ocurre, una y otra vez, en la cadencia rítmica de las sesiones. Comunicación explícita, observación de la comunicación, reflexión sobre la comunicación, elaboración del significado de la comunicación, recepción de la significación elaborada. Etcétera.

Lo más usual es que las aportaciones del psicoterapeuta desplegadas a lo largo de la psicoterapia muestren una vía de acceso cada vez más profunda. Cada vez más adentro de la propia subjetividad. Hasta el punto de que el paciente puede aprender de la forma de hacer en la psicoterapia para incorporarla en la observación de su vida.

Puede llegar y llega, más tarde o más temprano, esa íntima impresión de agradecimiento en la psicoterapia. ¿Por qué? Porque los descubrimientos producidos en las sesiones psicoterapéuticas provocan que el paciente haya ensanchado sus horizontes de comprensión interna. Esta ampliación de miras empuja hacia la gratitud. El paciente agradece el beneficio obtenido. En ocasiones el agradecimiento es explícito, verbalizado, en otras es implícito, no verbalizado.

Consecuencias del agradecimiento.

El agradecimiento sentido en la psicoterapia puede estimular hacia la continuidad de la misma si se tiene el deseo y la expectativa de profundizar. Esto puede ser especialmente verdadero al principio de la experiencia psicoterapéutica. Sin embargo, también vale cuando la psicoterapia lleva tiempo en marcha. Por lo general, el agradecimiento en la psicoterapia debe ser visto como un criterio más de salud mental. En particular, debe verse, también caso por caso, qué representa el sentimiento de gratitud en cada uno de los momentos de las sesiones psicoterapéuticas. El sentimiento de agradecimiento tiene una resonancia individual, íntima, que sólo puede comprenderse desde la intimidad de las sesiones psicoterapéuticas.

En otras ocasiones, el agradecimiento puede responder a una percepción del paciente respecto al cambio operado en su vida. El paciente puede ser el testimonio directo de cómo estaba -al empezar la terapia- y cómo está. Si la psicoterapia le es favorable, si el paciente constata un cambio en su vida personal, familiar, social, laboral, académica, etc. El agradecimiento emerge sin esfuerzo en la contemplación de las nuevas condiciones de vida emocional, mental, interna. El paciente contempla que se siente mejor consigo mismo, aunque esa percepción pueda tener fluctuaciones.

Comprensión del agradecimiento por el psicoterapeuta.

El sentimiento de agradecimiento debe ser comprendido desde la propia perspectiva personal del paciente. Hay más proclividad en unas personas que en otras respecto a la posibilidad de sentir agradecimiento. Existen muchas manifestaciones del agradecimiento, así como muchas intensidades del agradecimiento. Unas y otras pueden orientar respecto a la función que representa la gratitud en la vida del paciente cuando se capta en la relación psicoterapéutica.

El psicoterapeuta debe estar atento, también, a observar ya reflexionar sobre la aparición del agradecimiento. Debe evaluar su significación en el conjunto de la vida personal del paciente. Al mismo tiempo debe estar atento al uso que hace el paciente del agradecimiento y a valorar su genuinidad. Algunos pacientes tienen necesidad de agradecer continuamente la atención recibida, o hacerlo explícito. Otros, en cambio, parece como si no lo sintieran. Conviene averiguar qué hay detrás de la aparición de este sentimiento en el paciente y devolvérselo. Con la expectativa de ensanchar aún más su auto comprensión.

Lo mismo debería hacerse respecto de los pacientes que parecería, aparentemente, que no sienten el agradecimiento, porque no lo explicitan. El refrán ya lo dice: obras son amores y no buenas razones. Hay que leer con sutileza la forma en que el paciente se relaciona con el psicoterapeuta para evaluar la presencia o no del posible agradecimiento. E invitar, en su caso, a explorar su aparente ausencia. Hay personas que les resulta conflictivo la expresión de los sentimientos positivos.

Las raíces del agradecimiento se inscriben en las tempranas experiencias de satisfacción del bebé. Así, en algunas personas con déficits emocionales en las condiciones de su crianza, puede resultarles más difícil sentirlo. Todo tiene un sentido que debe ser analizado en base a la escucha profunda de la vida del paciente: de su comunicación en psicoterapia.

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