Amor y apego

¿Qué se entiende por amor?

¿Existe alguna relación entre el amor y el apego? El amor quizás puede ponerse en relación con el despertar de un vínculo de intensidad especial que hace percibir la singularidad de un ser humano y que mueve dentro de nosotros emociones, sentimientos y deseos. Felicidad, bienestar, protección, intimidad, pasión y compromiso podrían asociarse a esa consciencia del amor focalizado en una persona, habitualmente, la propia pareja; aunque el amor puede hacerse extensivo a otras relaciones con otros seres humanos o no humanos.

El amor, no obstante, requiere conocimiento, primero, y dedicación, después. No se puede amar lo que no se conoce, decía San Agustín. Saint-Exupéry, en “El principito”, en la conversación entre el principito y el zorro, lo dice de otra manera: “Si tú me domesticas, tendremos necesidad uno del otro»-le dice el zorro al principito. Después, el zorro le aclara que domesticar significa “crear lazos”. Así, el amor se da en la relación con el otro y en la sensación de cierta necesidad del otro.

¿Qué se entiende por apego?

El apego podría entenderse como una busca de proximidad con la otra persona. El apego es un comportamiento instintivo, que se da en diferentes especies, que promueve la vinculación, el seguimiento, del otro. Konrad Lorenz, médico y etólogo vienés, lo descubrió en sus experimentos con polluelos. Lorenz constató que los polluelos seguían, tras nacer, a cualquier ser ante quien se encontraran por primera vez, incluso ante él mismo.

Patitos siguiendo a la pata

En los humanos es un comportamiento que se establece durante lo que se considera el periodo crítico, de los 6 meses a los 2 años. Previamente a este período crítico, se dan comportamientos de pre-apego, en torno al cuidado que la madre dispensa a su bebé. En los primeros meses el bebé desarrolla conductas de apego con la madre, o la persona que se cuida de él, que se basan en el amamantamiento, la sonrisa, el agarre, el llanto y el seguimiento. En consecuencia, la relación de apego es una relación de estricta dependencia del otro; sin los cuidados maternos, el bebé no puede desarrollarse y no podrá devenir, un día, un adulto con capacidad de amar. Al mismo tiempo, la madre desarrolla, también, un comportamiento de apego a su bebé. Se necesitan, pues, el uno al otro.

¿Apego en el amor?

En la relación amorosa madura se manifiesta este nivel de apego a la persona del otro en relación con el cual se despierta los sentimientos, las emociones y los deseos propios del amor. Podríamos decir que, sin este nivel de apego al otro, no es posible que se desarrolle la intimidad, ni la pasión, ni el compromiso integrados en la relación con una misma persona.

Robert Sternberg, psicólogo, exprofesor de la Universidad de Yale y expresidente de la American Psichology Association, describe hasta 7 formas de amor: cariño, encaprichamiento, amor vacío, amor romántico, amor de compañía, amor fatuo y amor maduro. En el amor maduro se integrarían los componentes de intimidad amistosa, de pasión y de compromiso, que no se darían en las otras manifestaciones amorosas.

Cuando la intimidad se expresa sin pasión y sin compromiso estaríamos frente al sentimiento de cariño propio de las relaciones de amistad. Si lo que predomina en la relación con el otro es la pasión, sin intimidad ni compromiso, frente a las relaciones de encaprichamiento. En el caso de que sólo se da la unión por compromiso, frente al amor vacío. Supuesto que exista únicamente la intimidad y la pasión, ante el amor romántico. Siempre que predomina la intimidad y el compromiso, frente al amor sociable. Si se da pasión y compromiso, sin intimidad, estaríamos ante el amor fatuo.

En la atención clínica vemos, una y otra vez, las distintas modalidades del amor en unos y otros pacientes, y cómo son motivo tanto de placer y de bienestar como de conflicto y de dolor.

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